En la cotidianidad de la vida de estudiante, - despertar, desayunar,bañarnos,salir,abordar el transporte público, atender clases, comer entre clases, platicar con amigos y compañeros, regresar a casa, hacer tarea...- parece que nuestra forma de relacionarnos con los demás se torna politicamnete correcta, dentro de códigos que hemos definido. En el salón de clases , la dinámica de grupo se limita a atender al profesor, a conversar, o intercambiar miradas de aprobación o desaprobación con los compañeros contiguos y nada más.
El hecho de que el profesor nos hubiera invitado al CCH Sur para hacer la dinámica de expresión corporal fue liberadora de alguna manera porque nos proporcionó un espacio para expresarnos con lo más elemental que poseemos y nos permitió conocer una faceta de nuestros compañeros que quizá nunca imaginamos. Me agradó que hubo una buena respuesta por parte del grupo y también ver que "J. de Lamor" participaba con nosotros.
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